Toponimia alpina

“¡Mira, mira”, gritaba Heidi muy excitada, “se vuelven rosa de repente! ¡Mira aquel con la nieve y con las rocas altas y agudas! ¿Cómo se llaman, Pedro!”
 “Las montañas no llevan nombres”, respondió éste.
[Juana Spiri, Heidi, capítulo 3]

El Wetterhorn en el Oberland Bernés. © DFAE, Presencia Suiza

Es normal que el cabrero Pedro cree que las montañas no llevan nombres. Antes de la llegada del turismo alpino, las montañas no tenían un valor comercial. Los montañeses las consideraban peligrosas para el hombre y el ganado; para subir a las montañas les faltaba, además, la ambición deportista y el tiempo. 

Sólo los puertos que tenían cierta importancia para el comercio transalpino llevaban nombres. 

En los antiguos mapas casi ninguna de las cumbres alpinas llevaba un nombre propio. Antiguamente, se hacían mapas para documentar la propiedad y las fronteras de un territorio de un determinado señor. 

La falta de mapas fiables fue la causa para que los hermanos Meyer perdieran dos días para encontrar la vía más apropiada para subir a la Jungfrau. Otro grupo de escaladores alcanzó en 1841 la cumbre del Lauteraarhorn, convencido de que habían conquistado por primera vez en la historia la cumbre del Schreckhorn, una equivocación debido a la falta de indicaciones exactas. 

El interés por las montañas empezó a intensificarse a finales del siglo XVIII, cuando Albrecht von Haller escribió el poema didáctico “Los Alpes”. A partir de entonces se empezaron a interesar pintores, poetas y científicos por las montañas. Más tarde llegó la gente de ciudad a los Alpes para encontrar una naturaleza intacta y explorar las cumbres. 

Los Alpes y el Jurá

El término “Alpes” tiene una larga historia. El término latino Alpes ya se utilizaba en el primer siglo antes de Cristo. Según una teoría, el nombre se deriva de albus que significa “blanco” y que se utilizaba para denominar las cumbres nevadas. Otra teoría dice que la palabra se deriva de al o ar que significa “sitio alto”, denominación aplicada no sólo a las montañas sino también a las praderas alpinas. Este mismo significado tiene la palabra Alp (en alemán y romanche) y alpe (en francés e italiano) en la actualidad.

El concepto “Jurá” es de origen celta y significa bosque. 

Colores 

Muchos topónimos describen la fisonomía de las montañas, sobre todo sus colores. Hay tres colores principales: el blanco (nieve), el rojo (luz del crepúsculo) y el negro (color de las rocas y de los bosques): 

Topónimos que se refieren a colores:
Alemán: Weissenstein, Wysshorn, Rothorn, Schwarzhorn
Francés: Dent-Blanche, Mont-Rouge, le Noirmont, Tête-Noire
Italiano: Pizzo Bianco, Monte Rosa, Sasso Nero
Romanche: Sassalbo, Piz Cotschen, Piz Fair 

Muy populares son también las horas del día, sobre todo el mediodía. Las toponimias Dents du Midi (francés), Mittagshorn (alemán), Piz Mez (romanche) se refieren al “mediodía”. 

Si se analizan bien los nombres de las montañas, se puede comprobar que se repiten muy a menudo los mismos elementos. 

Las expresiones más utilizadas son:

Francés

  • Aiguille = cumbre (literalmente: aguja) (Aguille-du-Midi)
  • Arête = cresta (literalmente: espina de pescado) (Arête de Sorebois)
  • Bec (Becca en el dialecto patois) = cumbre (literalmente: pico) (Bec d’Epicoune, Becca de la Lia)
  • Col = puerto (Col de la Forclaz)
  • Dent = punta (literalmente: diente) (Dent-d’Hérens)
  • Roc = roca (Roc d’Orzival)
  • Rocher = roca (Rochers-de Naye)
  • Six, Sex = roca (Sex de l’Aigle, Six Blanc)
  • Tête (tita en el dialecto patois) = cabeza (Tête Blanche)
  • Vanil = cima rocosa (Vanil Noir)

Alemán

  • Balm = roca sobresaliente, por ejemplo el Balmhorn
  • Eck, Egg = cuesta, pendiente (Scheidegg, Egghorn)
  • Fluh, Flüe = arrecife, bajío (Bachflue)
  • Gipfel = cumbre (Vorgipfel)
  • Grat = cresta (Gornergrat)
  • Horn = pico, cima, cumbre piramidal (Matterhorn = Monte Cervino)
  • Joch = alude a la depresión de una garganta o un cuello (Jungfraujoch)
  • Spitze = punta (Dreiländerspitze = Punta de los Tres Países)
  • Stock = tronco (Stockhorn) 

Italiano

  • Cima = cima (Cima Bianca)
  • Corno = cumbre, cima (Corno Rosso)
  • Filo = cresta (literalmente: hilo) (Cima di Filo)
  • Monte = monte (Monte Moro)
  • Passo = paso, puerto (Passo S. Jorio)
  • Pizzo = cima, cumbre, punta (Pizzo Bianco)
  • Sasso = roca (Sasso Nero) 

Romanche

  • Bot, botta = monte, colina (Bot digl Uors, Botta Bruonza)
  • Corn = cima, cumbre (Corn Suvretta)
  • Crap = roca (Crap Alv)
  • Fil = cresta (literalmente: hilo) (Fil Blengias)
  • Mott, motta = monte (Motta Bianca)
  • Munt = montaña, monte (Munt Pers)
  • Muot = monte (Muot la Greina)
  • Piz = cima, cumbre, punta (Piz Bernina)
  • Sass = roca (Sass dal Poss)
  • Spi = cresta (Spi da la Muranza)
  • Tschima = cima (Tschima da Flix) 

El diablo, las vírgenes y Pilato

Antes de que fueran escaladas, las cumbres fueron consideradas como sitios misteriosos habitados por espíritus extraños. Por eso hay en la parte francófona del cantón del Valais una región que se llama “Les Diablerets” que proviene de la palabra diables (diablos). Según la leyenda, los diablos jugaban a los bolos con las rocas. Algunas veces caía un “bolo” al valle provocando grandes estragos. Historias parecidas se cuentan en Quille-du-Diable (quille = bolo) que está situado en la misma región. 

El origen del topónimo “Bundalp” en el Oberland Bernés ya es más difícil de averiguar. El nombre proviene de los espíritus paganos que se habían refugiado allí cuando se divulgó la fe cristiana. Los espíritus paganos hicieron un pacto para combatir los seguidores de la nueva religión. Nadie osaba utilizar los pastos de Bundalp hasta que un clérigo consiguió encerrar a los espíritus maléficos en una cabaña pequeña para que ya no pudiesen seguir haciendo más daño. 

Una de las montañas más lúgubres fue el Pilato cerca de Lucerna. Allí trasgueaba el espíritu de aquel Poncio Pilato que fue el gobernador romano de Judea entre 26 y 36 d. C. Es verdad que Pilato creía en la inocencia de Jesús, no obstante, lo condenó a la pena de crucifixión. 

Según una versión de la historia toponímica de la montaña Pilato, Poncio Pilato emigró a esta parte tras el proceso contra Jesús para suicidarse. Según otra teoría, el emperador Tiberio estaba enfermo y dio la orden a Pilato para que mandase a Jesús a Roma para curarlo. Pero al conocer la suerte de Jesús, capturó a Pilato que luego se suicidó. Su cadáver fue echado al Tíber. Después se cernió una tormenta que duró hasta que se encontraron los restos mortales de Pilato. Según la leyenda, ocurrió lo mismo en un río en Francia. 

Al final se trasladó el cadáver de Pilato a una montaña lejana, donde fue echado en un charco desconocido. Pero esta tumba misteriosa no pudo evitar que el espíritu de Pilato siguiese causando daños. La gente local siguió echándole la culpa de las tormentas que azotaban la región y las inundaciones. En la Edad Media se prohibió subir a la montaña porque se temía que se iba a encolerizar el espíritu de Pilato. 

Hombres y (pocas) mujeres

En el primer mapa exhaustivo de Suiza del siglo XIX se indicaron los nombres de todas las montañas. Para conocer todos los nombres propios se consultaron personas que vivían y trabajaban cerca de las montañas (pastores, cazadores y guías). Muchas cimas, sin embargo, no llevaban todavía nombre, con lo cual se tuvieron que crear nuevos. 

A veces se adjudicaban nombres de personalidades. Con frecuencia se trataba de nombres de alpinistas que habían escalado pro primera vez la cumbre. Los nombres de las cumbres Ulrich y Niklaus, por ejemplo, se deben a los alpinistas Ulrich Fuhrer y Niklaus Kohler. 

Muchas cumbres llevan el nombre de los guías de la primera ascensión. El nombre del Ulrichshorn cerca de Saas Fee, en el cantón del Valais, por ejemplo, se deriva del guía Melchior Ulrich que dirigió la primera ascensión. Una de las pocas montañas que recibieron un nombre femenino es la punta Gertrudspitze, que fue conquistada por primera vez por la alpinista británica Gertrud Bell en 1901 (Gertrud Bell es mejor conocida por su investigación y labor política en el Oriente Medio). 

En la frontera suizo-italiana es donde más nombres propios hay. La Punta Gnifetti, la Ludwigshöhe, la Punta Parrot, el Pico Tyndall, la Pirámide Vincent y la Punta Zumstein llevan los nombres de los guías que dirigieron la primera ascensión. En la misma región se encuentra la montaña más alta de Suiza, la Punta Dufour (4.634 metros) que lleva el nombre de Guillaume-Henri Dufour, quien fue un excelente cartógrafo y el general de las tropas federales que derrotaron a la Liga separatista (Sonderbund) de los cantones católico-conservadores en la guerra civil de 1847. 

En la región de Grimsel hay toda una serie de montañas que llevan nombres de científicos. Estos nombres se adscribieron en 1840 cuando una expedición de Louis Agassiz investigó el glaciar del Bajo Aar. En su expedición encontraron a paisanos que le dijeron que la mayor parte de las cumbres no llevaban todavía nombres. Los que participaron en aquella expedición empezaron a bautizar las cimas con sus propios nombres: Desorhorn, Escherhorn, Grunderhorn, Hugihorn, Scheuchzerhorn, Studerhorn y Agassiz. 

Pero no todos estaban de acuerdo con este procedimiento. Un miembro del Club Alpino Suizo expresó su enfado de la manera siguiente: “En mi opinión es la arrogación de nuestra generación si queremos vincular de manera inseparable nuestras vidas fugaces con sierras que son cientos de miles de años más viejos que nosotros.” 

Hasta nuestros días es una tarea muy difícil encontrar la denominación justa para montañas sin nombres. En 1997, un hotel en un balneario en los Grisones convocó un concurso para encontrar un nombre para un monte virgen de 3 mil metros de altitud. Una mujer de Zúrich ganó el concurso y propuso el apodo “Peter Horä” (cresta Pedro). Pero las autoridades cantonales protestaron contra el nombre porque, en su opinión, no tenía relación con las costumbres ancestrales de la población local.