Enriqueta Favez regresa a su ciudad natal

Novedades locales, 01.04.2022

Hasta Lausana, Suiza, llegan los ecos de una investigación de larga data alrededor del transgresor personaje de Favez. 

Exposición en Lausana
Exposición en Lausana © EDA

Enriqueta o "Enrique", fue protagonista de un escandaloso episodio que recorrió el camino desde Baracoa, en el oriente de Cuba, hasta La Habana, en la primera mitad del Siglo XIX. Reconocido médico y cirujano, el doctor dedicó sus buenas prácticas al bienestar de una sociedad que luego le acusaría de perjurio, corrupción, incitación a la violencia, ejercicio ilegal de la medicina, falsificación de documentos y atentados graves contra la institución del matrimonio. Un examen morfológico practicado durante el proceso judicial lo confirmó todo, Enrique era en realidad una mujer. Diez años de cárcel para el espíritu de un hombre encerrado en el cuerpo de una mujer, la pérdida de su gran amor y luego, el exilio.

Una investigación sacude el polvo de las actas del juicio de Enrique en la década de los '90 , un escándalo llama la atención de Julio Cesar González Pagés, Doctor en Ciencias Históricas, revelando que Enrique Favez nació el 1ero de abril de 1791 en Lausana bajo el nombre de Henriette. Este es el argumento del libro que respalda dicha exposición, "Por andar vestida de hombre" y abre las puertas a la creación de un símbolo para la lucha por cuestiones de género, identidad sexual y desigualdad social.

La entrada del Palais de Rumine acoge desde el 31 de marzo y hasta el 1 de mayo de 2022, la exposición “Entre los géneros y los mundos. Dr Favez: Lausana-Baracoa-Nueva Orleans”, producida por el Museo Cantonal de Historia y Arqueología de Lausana (MCAH), la Embajada de Suiza en Cuba en conjunto con los historiadores e investigadores, para sacar a la luz a esta mujer desconocida para muchos, en el marco del actual Festival – Histoire et Cité, que precisamente se ha enfocado en destacar a las personas que han pasado desapercibidas por la historia y que portan una lección para nuestros tiempos y los futuros.

El equipo conformado por Sabine Utz, curadora del MCAH junto a las historiadoras Gaëlle Nydegger y Neida Peñalver han trasladado a Enriqueta desde territorio habanero, donde ha recobrado la vida en diferentes formatos: escultura, cine, teatro, literatura gracias a los esfuerzos de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), el apoyo de Lorenzo Suárez, Director Adjunto de COSUDE y Consejero de Asuntos Políticos, Económicos y Culturales de la Embajada de Suiza en Cuba, para llevarla a su ciudad natal y que durante un mes, sea reconocida y acogida con la identidad que la acompañó y la historia de la que fue protagonista.

La exposición deja al descubierto los misterios que aún rodean a su nacimiento en Lausana, a pesar de la declaración en el proceso judicial sobre la identidad de sus padres suizos, no hay rastro de su descendencia. Esto demuestra los esfuerzos realizados por Enriqueta para borrar los rastros de su identidad femenina y lograr establecer su existencia a través de documentos y actas tergiversadas. Los archivos sugieren que pudo haber revisado su genealogía contrastándola con información auténtica.

Símbolo e Historia

Erigida como modelo feminista, Enriqueta es recordada como la primera mujer en Cuba que practicó el ejercicio de la medicina.

Casada con apenas 15 años con un oficial del regimiento al servicio de Napoleón, a manos de su tío, entonces Coronel, se incorpora a las filas del ejército napoleónico en sus campañas por Alemania y Austria, este período también se está vagamente documentado pero se sabe que allí perdió a su hijo recién nacido y a su compañero. Luego iría a París a estudiar medicina, tal vez ocupando la identidad de su fallecido esposo, y es enviado a España donde es apresado por los ingleses. Liberada en 1814, se instaló en Guadalupe y de allí  parte, en 1819, a Cuba, donde se asentabas los colonos franceses que huían de Haití.

"Sin cambiar el traje, vestido de hombre como estaba acostumbrado y encontrándome así en libertad porque así, vestido de hombre, podía ejercer mi profesión, sin hacer daño a nadie y ayudar a los necesitados  a través de mi trabajo, como siempre lo he hecho", testificó Enriqueta en su juicio.

No bastando el hecho de haber mentido sobre su identidad, Favez se enamora al llegar a Baracoa. Juana de León fue una de sus frecuentes pacientes. Mestiza y sin recursos, Enrique le prometió matrimonio y le confesó su identidad. Mantuvieron una relación a pesar de ello y sus cartas testifican un profundo amor. Luego, las indiscreciones de una institutriz lo dejan al descubierto y Juana testifica en su contra para protegerse del desprestigio que sigue a las acusaciones.

Luego de un año en prisión, Enriqueta fue deportada a Nueva Orleans, en Estados Unidos. Allí se unió a una Congregación religiosa de la que fue líder y dentro de la cual murió, en 1856 bajo otra identidad, Magdalena, otra pecadora.

"No puedo más que regocijarme con esta original colaboración cubano-suiza que será una oportunidad (…) de viajar con Favez a través de géneros y mundos. Que nuestros esfuerzos conjuntos hagan visible el legado de Favez como un referente útil para las luchas sociales y políticas de muchas personas en todo el mundo a favor de la diversidad, la justicia social, la solidaridad y la no discriminación. Si estos valores son inherentes a la democracia suiza, también forman parte de la actualidad política y legislativa en Cuba, donde se prepara un referéndum  sobre matrimonio igualitario." 

Con estas palabras el Sr. Mauro Reina, Embajador de Suiza en Cuba, abrió las puertas inaugurales del Palaise de Rumine, a 180 espectadores reunidos bajo la sorpresa del descubrimiento de  una nueva historia de vida marcada por la resiliencia y la libertad, una mujer que dejó su impronta en Europa, el Caribe y los Estados Unidos y que fue invisibilizada por las presiones de una sociedad enmarcada en patrones cis-hetero patriarcales.

Hoy, Enriqueta es reconocida símbolo. Devuelta a su patria, unida por los recorridos a los que llevó su identidad, Lausana, Baracoa, Nueva Orleans, como mujer o como hombre, para perdurar en la memoria historiográfica y popular de quien se pueda sentir identificado con la vida que hoy expone el Palais de Rumine bajo la tutela del Museo Cantonal de Historia y Arqueología de Lausana, gracias a los esfuerzos de la colaboración cubano-suiza.