«Debemos aprender a comunicar la cooperación internacional de hoy»
Aniversario redondo en 2021 para la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación. Una sexagenaria que no mira para atrás; sigue activa y empuja a la juventud a hacer frente con ella a los retos futuros. Habla con sus contrapartes el mismo idioma: el de la Agenda 2030. Aunque de un modo diferente: combina ayuda humanitaria con cooperación al desarrollo e intervenciones multilaterales. Patricia Danzi, sobre la cooperación internacional de hoy y de mañana.
Programa de adaptación a los cambios climáticos en el Himalaya indio. La COSUDE fortalece la labor científica de los investigadores: controlan glaciares y mejoran la calidad de vida de las comunidades. © Prashanth Vishwnathan/IHCAP
Norte de África y Oriente Medio, África subsahariana, Asia y Europa del Este. La cooperación internacional de Suiza en los próximos cuatro años (2021-2024) llega a estas regiones mediante una labor de cooperación bilateral, adoptando una estrategia y unos objetivos bien definidos. Sin embargo, COVID-19 nos ha hecho cambiar a todos de rumbo: responder al mismo tiempo a los desafíos relacionados con la pandemia y adaptarse rápidamente a las nuevas necesidades constituye también una prioridad. Por un lado, la ayuda inmediata para salvar vidas y, por el otro, una intervención orientada al futuro para fortalecer los sistemas sanitarios. A estos ejes prioritarios de trabajo se suman los esfuerzos multilaterales para una respuesta global, para garantizar, por ejemplo, tests y vacunas a costes asequibles para todos. Una acción triple que caracteriza desde hace tiempo a la cooperación internacional de Suiza.
Patricia Danzi, muchos países ofrecen ayuda humanitaria. Otros se dedican a la cooperación al desarrollo o a respaldar organizaciones internacionales. Suiza ejerce su labor en todos estos ámbitos. ¿Concentrarse en un único instrumento ya no garantizaría la eficiencia y la flexibilidad necesarias para responder a los retos del mañana?
Nuestra intervención en múltiples frentes –lo cual se ha convertido crecientemente en un modelo único en su género– es lo que hace que podamos seguir siendo flexibles, innovadores e influyentes. Tomemos el ejemplo de Sudán, cuya demanda ha sido muy clara. El país necesita ayuda humanitaria para superar las catástrofes naturales y las consecuencias de conflictos. De hecho, Sudán es el destino de decenas de millares de refugiados provenientes de Etiopía, que se suman a los más de cien mil desplazados internos. Al mismo tiempo, el país atraviesa un periodo de transición política y, en su camino hacia la consolidación de la paz, necesita socios fiables que compartan su visión de futuro y su enfoque orientado hacia la Agenda 2030 de desarrollo sostenible. Suiza puede ofrecer todo esto: con la confianza que ha podido infundir –por un lado, con los esfuerzos por una paz duradera y, por el otro, con la ayuda humanitaria– es consciente de las exigencias cambiantes que imperan sobre el terreno. Ucrania es otro ejemplo: desde hace años acompañamos al país en sus reformas sociales y económicas. Suiza celebrará en Lugano la quinta conferencia sobre la reforma ucraniana en junio de 2022. Al mismo tiempo, con el Cuerpo Suizo de Ayuda Humanitaria, somos el único país que puede atravesar la línea de contacto para llegar al Donbass.
Cientos de concentradores de oxígeno en la India, 30.000 kits COVID-19 en Nepal, 30 toneladas de ayuda humanitaria en Mongolia, 335.000 CHF de material médico-sanitario en Túnez. Suiza estuvo en boca de todos durante la pandemia como donante generosa. ¿La ayuda humanitaria sigue siendo nuestra mejor carta de presentación?
En el ámbito de la ayuda humanitaria contamos con una larga tradición conocida en Suiza y en el exterior, que nos presenta como socio fiable y solidario. Pero la pandemia ha puesto claramente de manifiesto que la cooperación bilateral y multilateral trabaja sobre los cambios sistémicos, los cuales son parte de la solución. En este caso, lo que no funciona son los sistemas sanitarios. Con la iniciativa «Access to COVID-19 Tool Accelerator» hemos respondido –con organizaciones internacionales, expertos, gobiernos y el sector privado– a la necesidad de vacunas, tests y diagnósticos, y hemos impulsado la reforma de los sistemas sanitarios (a modo de ejemplo, en Jordania se logró reducir el precio de los tests COVID-19 a una décima parte de su precio inicial, favoreciendo así el acceso equitativo a toda la población, ndr): Suiza, con el centro internacional de Ginebra y con su presencia en varios consejos multilaterales, ejerce una influencia en estos procesos y fomenta este modo complementario de cooperación también a escala mundial.
Es de público conocimiento que la ayuda humanitaria provee una asistencia rápida en situaciones de crisis. ¿Cómo se puede lograr que la población entienda más claramente los desafíos y los objetivos de la cooperación internacional?
Debemos aprender a comunicar la cooperación internacional de hoy. 30 años atrás, la cooperación internacional era diferente. El mundo ha cambiado y, por ende, también la comunicación. Hoy utilizamos un lenguaje común a escala internacional, a saber la Agenda 2030. Los países tienen otras exigencias, necesitan una respuesta adaptada a sus necesidades específicas, que difieren de las de los países donantes. ¿Cuál es el impacto de nuestra intervención? ¿Cómo corregir los errores? ¿Cómo responder a las exigencias cambiantes? Hallamos respuestas a estos interrogantes en el seno de nuestra organización, identificando en los jóvenes que quieren hacer carrera en el campo de nuestra “cooperación internacional” a un interlocutor privilegiado: son ellos los que generan nuevas ideas para alcanzar los objetivos 2030.
Mirar al futuro con un lenguaje común que habla de sostenibilidad significa también hacer un balance del presente. ¿Qué dirección tomará la cooperación internacional de Suiza en los próximos 60 años?
Nuestra estrategia de cooperación internacional y la Agenda 2030 son nuestros puntos de referencia. Hemos involucrado a todos los colaboradores de la COSUDE en una reflexión sobre lo que podemos hacer para mejorar. El mensaje resultante es claro: tenemos que asegurar una mejor interacción entre nuestros instrumentos y aplicarlos de manera más coordinada. Mejorar la interacción entre las personas, entre Berna y las oficinas de cooperación en todo el mundo, que son esenciales para efectuar un "reality check" continuo. La comunicación –interna, con el Parlamento, con la población, con las contrapartes– desempeñará un papel cada vez más determinante. Sobre todo, no debemos perder de vista las necesidades de las comunidades para las cuales estamos trabajando. ¿Cuál es el valor añadido que podemos aportar como agencia de cooperación suiza respecto de las demás? Este es el interrogante que debemos plantearnos continuamente.
¿Esto significa que necesitamos una nueva Agencia de Desarrollo y Cooperación?
Ya tenemos a mano todos los elementos y ahora se trata de combinarlos aún mejor. En este contexto, queremos reorganizarnos haciendo hincapié en los temas y el nexo entre nuestros diversos instrumentos de intervención rápida y a largo plazo. Quermos influir sobre la política de cooperación internacional mediante nuestra intervención en el ámbito multilateral y nuestra red externa. Esperamos poder atraer jóvenes talentos y suscitar en ellos la pasión por este trabajo que se desarrolla en contextos frágiles, cerca de las comunidades y también en los corredores de los edificios en los que se debaten estos temas y donde Suiza goza de una sólida reputación y puede ejercer una influencia concreta.
Cooperación internacional
La cooperación internacional de Suiza (CI) se basa en la estrategia de política exterior de la Confederación y tiene por objetivo combatir la pobreza en los países en vías de desarrollo y contribuir a su desarrollo sostenible. Para alcanzar este objetivo, la CI lleva a cabo su labor en tres frentes: ayuda humanitaria, cooperación al desarrollo e intervenciones multilaterales (estrategia de cooperación internacional 2021–2024 (en)