«Suiza deja un legado sostenible en la prevención de catástrofes»
El huracán Mitch provocó en 1998 una devastación total en América Central. En aquel momento, sin ninguna preparación para casos de desastre, Nicaragua estaba totalmente a merced de la fuerza de la naturaleza. Hoy, veinticinco años después, el país dispone de una preparación eficaz ante las catástrofes, algo a lo que Suiza ha contribuido de forma sostenible. Christoph Graf, el entonces director de la Oficina de Cooperación Suiza en Nicaragua, está hoy de nuevo en el lugar y ofrece una mirada retrospectiva.
Un experto suizo intercambia impresiones con la responsable local de una estación climática en Dipilto (Nicaragua). © COSUDE
Hace veinticinco años, en 1998, el huracán Mitch arrasó América Central. Más de diez mil personas fallecieron en deslizamientos de tierra e inundaciones. Honduras y Nicaragua fueron los países más afectados. Los daños económicos se estimaron en siete mil millones de dólares estadounidenses.
Christoph Graf, director de la Oficina de Cooperación Suiza en Managua (Nicaragua) entre 1998 y 2000, coordinó la ayuda humanitaria y de emergencia de la COSUDE. Hoy, veinticinco años después, vuelve a estar allí, esta vez como asesor para el cierre del programa en América Central.
En una entrevista, ofrece una mirada retrospectiva y explica cómo ha evolucionado el país en el ámbito de la reducción del riesgo de desastres.
Señor Graf, el huracán Mitch causó enormes estragos en Nicaragua. ¿Qué recuerda con mayor intensidad?
Durante los más de treinta años en que trabajé para el DFAE en muchos países y las numerosas situaciones de emergencia que he vivido, Mitch fue uno de los acontecimientos que más huella ha dejado, una enorme fuerza de la naturaleza. Es algo que me llegó muy dentro. Muchas familias lo perdieron todo y tuvieron que vivir en viviendas provisionales a lo largo de las calles. Autovías y puentes de nueva construcción fueron completamente destruidos en muy poco tiempo. La ayuda internacional llegó de inmediato y Suiza también liberó enseguida tres millones de francos suizos. Todo el equipo del programa de cooperación tuvo que pasar lo más rápidamente posible al modo de emergencia. Los responsables de proyectos asumieron tareas completamente nuevas, como la distribución de pastillas de cloro para potabilizar el agua o de lonas para tiendas de campaña. Al principio, fue bastante caótico. Diez días después, se produjo la segunda catástrofe: debido a las lluvias incesantes, se rompió el cráter del volcán Casitas, sepultando a 1500 personas.
Suiza dispone de mucha experiencia y conocimientos especializados reconocidos internacionalmente en el ámbito de la reducción del riesgo de desastres. ¿Cuál fue su contribución a la reconstrucción y la prevención de catástrofes en Nicaragua?
Durante el período 1999-2001, Suiza puso en marcha un programa de reconstrucción. El restablecimiento del suministro de agua fue lo primero que se acometió. En segundo lugar, se procedió a la construcción de casas y escuelas sencillas y estandarizadas con materiales locales en lugares seguros, lejos de la costa y los volcanes, en zonas menos sísmicas. Desde el principio, se puso el acento en la prevención de catástrofes. Suiza trabajaba ya antes del huracán Mitch en un programa de desarrollo destinado a tal efecto. El establecimiento de un sistema de alarma temprana era un proyecto en curso que se había iniciado tras un tsunami en la costa nicaragüense del Pacífico en 1992.
Aparte de los sistemas de alerta temprana, ¿Suiza introdujo otras medidas de prevención?
Suiza también invirtió específicamente en la educación de la población local: veinticuatro universidades de los seis países centroamericanos ofrecen hoy en sus planes de estudio cursos sobre la prevención de catástrofes. Fue un proyecto a largo plazo que también contó con la colaboración de universidades suizas. En paralelo, se impartió una formación muy práctica a las autoridades locales. Suiza llevó a cabo, por ejemplo, ejercicios de preparación ante una catástrofe, como la evacuación de escuelas.
También pudo contribuir a la prevención de desastres en el ámbito de la cartografía, elaborando mapas de riesgos y peligros, primero en Nicaragua y luego en otros países de América Central, especialmente en Honduras y El Salvador.
La COSUDE se retira de América Central y cierra sus programas en 2024. ¿Qué queda de su compromiso en el ámbito de la reducción del riesgo de desastres?
Durante los últimos veinticinco años, Suiza ha invertido unos 40 millones de francos del dinero de los contribuyentes en 70 proyectos en seis países de América Central. Y puedo decir con la conciencia tranquila que el resultado es sostenible: hoy es otro mundo. Una prueba de ello fueron los tornados del año 2020, Eta y Jota, de una fuerza similar al huracán Mitch, que gracias a una gestión eficaz del riesgo de desastres causaron muchos menos daños: no hubo 10 000 muertos, sino un poco más de 100. Nicaragua fue capaz de gestionar la ayuda de emergencia en gran medida por sí sola, necesitándose menos ayuda internacional. Ello fue posible, por una parte, gracias a una organización descentralizada más eficaz y, por otra, debido a que las zonas habitadas se encuentran ahora, al menos parcialmente, en lugares menos expuestos.
El trabajo de Suiza, ¿ha aportado también mejoras sistémicas?
Sí, se puede realmente decir que la cooperación al desarrollo en Nicaragua ha aportado mejoras sistémicas sostenibles en el ámbito de la reducción del riesgo de desastres. Ahora existe, por ejemplo, una mejor colaboración entre los Estados centroamericanos. Los países se apoyan mutuamente. Entre otras cosas, llevan a cabo ejercicios regionales comunes.
Suiza ha estado en la vanguardia de la reducción del riesgo de desastres desde el principio, no solo como donante sino también a nivel práctico, aportando un gran número de conocimientos especializados.
Para la población de América Central, el huracán Mitch supuso un punto de inflexión. Se comprendió el potencial destructor de la naturaleza y que se pueden tomar medidas de prevención.
A pesar de que Nicaragua se encuentra actualmente en una difícil situación política, la población del país está, por lo general, mejor que hace veinticinco años. La esperanza de vida ha aumentado. El país ha realizado progresos en ámbitos como el agua y la atención sanitaria, la red viaria y la agricultura.
Foro internacional «Mitch+25»
Con motivo del 25o aniversario del huracán Mitch, el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC) y las Secretarías del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), junto con la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) del Gobierno hondureño, organizan un foro internacional bajo el tema “Hacia una acción anticipatoria más local e integrada” en Pedro Sula (Honduras) del 31 de octubre al 2 de noviembre de 2023. La COSUDE participa activamente en este evento con una ponencia sobre las experiencias suizas en el ámbito de la reducción del riesgo de desastres.
Una región más preparada y resiliente ante desastres
Después de más de 45 años de presencia continua en América Central, la Cooperación Suiza culmina su cooperación bilateral con la región. Como parte del programa de salida, capitalizamos la experiencia particular del Programa de Reducción de Riesgos de Desastres (Programa RRD),mplementado de 1999 a 2024 inicialmente en Honduras y Nicaragua y, posteriormente, en toda la región centroamericana. El objetivo de esta capitalización es identificar, analizar y compartir con otros actores las principales ecciones y buenas prácticas de los casi 70 proyectos implementados por el Programa.