La Sección Clima, Reducción del Riesgo de Desastres (RRD) y Medio Ambiente se ha fijado el objetivo de integrar sistemáticamente los principios de prevención de riesgos climáticos, medioambientales y de catástrofes en la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria. Con ello pretende mejorar la resiliencia general de los Estados y las sociedades.
Clima, Reducción del Riesgo de Desastres (RRD) y Medio Ambiente
Actualmente, la mitad de la población mundial está amenazada por fenómenos naturales, y una quinta parte de la superficie terrestre sufre periódicamente terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra y tormentas. Las catástrofes naturales afectan tanto a los países de altos ingresos como de bajos y medios. No obstante, las repercusiones son mucho más dramáticas en los países con mayor índice de pobreza. Los terremotos, los huracanes, las inundaciones o las sequías pueden echar por tierra los avances de desarrollo acumulados a lo largo de décadas y aumentar la vulnerabilidad de las personas y las infraestructuras. Asimismo, los efectos del cambio climático intensifican los riesgos existentes.
En el futuro, el cambio climático aumentará la frecuencia y la intensidad de este tipo de fenómenos. Mediante un enfoque integral, la Sección Clima, RRD y Medio Ambiente trata de prevenir y reducir estos riesgos, así como de adaptarse a ellos y gestionarlos.
La prevención, la reducción y la gestión de riesgos naturales y medioambientales deben abordarse en todos los ámbitos de la COSUDE y tenerse en cuenta en todas sus actividades. Estos desafíos comunes también han sido identificados por los organismos internacionales para la prevención de riesgos y la protección climática, y se han emprendido esfuerzos de acercamiento: tanto la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático como el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres reconocen las fuertes sinergias existentes y hacen frente conjuntamente al desafío de mitigar el cambio climático y reducir los efectos de los desastres naturales relacionados con el tiempo y el clima.
Los objetivos de estos dos instrumentos reguladores son indispensables para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 y del Acuerdo de París sobre el cambio climático.