Las pequeñas empresas juegan un papel importante en el desarrollo económico y social de un país. Crean puestos de trabajo y contribuyen de forma importante al valor añadido de un país. Para muchas personas, tener una pequeña empresa es incluso la única manera de garantizarse el sustento. Una condición importante para que esto se dé es la existencia de un sector financiero que considere también las necesidades de las pequeñas empresas.
El foco de la COSUDE
La COSUDE apoya a instituciones, iniciativas y programas con el fin de ofrecer una amplia gama de servicios financieros a las pequeñas empresas (dependiendo del país, se trata de empresas con entre 5 y 19 puestos de trabajo), sobre una base económicamente sostenible y costeable. Para ello, sigue, entre otros, dos enfoques, denominados «Downscaling» y «Upgrading».
- Downscaling: Los bancos u otros proveedores de servicios financieros existentes, como, p. ej., las empresas de leasing, crean nuevos sectores comerciales, líneas de productos o canales de comercialización especializados en servicios financieros para pequeñas empresas.
- Upgrading: Se pone a las instituciones microfinancieras existentes en condiciones de orientarse a las necesidades de las pequeñas empresas.
Por otro lado, la COSUDE concede gran importancia a la capacitación del personal de las instituciones financieras y al suministro de información sobre el mercado:
- Capacitación del personal de las instituciones financieras: La COSUDE promueve la creación de competencias en instituciones financieras o en centros de formación y asesoramiento especializados. Se trata que las instituciones financieras puedan ofrecer a las pequeñas empresas unos servicios financieros orientados a los clientes, rentables, y en las condiciones del mercado.
- Información de mercado: La COSUDE apoya el desarrollo de métodos e instituciones que proporcionen al mercado financiero información o servicios destinados a mejorar la toma de decisiones y la transparencia, como, p. ej., las oficinas de crédito y las agencias de calificación crediticia.
Trasfondo
La existencia de una pequeña empresa fuerte es un factor importante no solo para un crecimiento económico equilibrado, sino también para la estabilidad política y social. Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas de los países en desarrollo y en transición tienen dificultades para ser tomadas en serio como clientes por los bancos. La mayoría de las instituciones financieras están interesadas en las operaciones con las grandes empresas.
Esto se debe, de una parte, a los costos relativamente altos de los créditos y, de otra, a los riesgos que conllevan para las entidades crediticias. A menudo, las instituciones financieras no están suficientemente informadas de las circunstancias específicas de un sector. Al mismo tiempo, muchas pequeñas empresas no tienen una contabilidad transparente, ni suficientes reservas ni la garantía necesaria, por lo que se requiere un control relativamente laborioso antes de concederles el crédito.
Desafíos actuales
En muchos países, las pequeñas empresas tienen un acceso limitado a los créditos y a otros servicios financieros debido a la insuficiencia de las tecnologías crediticias y al escaso interés que muestran a menudo las instituciones financieras establecidas. Para mejorar este estado de las cosas, hay que atender mejor a las necesidades de las pequeñas empresas. Se necesitan productos y servicios perfeccionados y más flexibles, tecnologías crediticias adaptadas y competencias específicas en las instituciones financieras. Para las pequeñas empresas, además de los créditos, son también importantes otros productos y servicios tales como leasing, capital de riesgo y servicio de pagos. Un desafío particular viene dado por la diversidad de las pequeñas empresas, tanto en términos de sectores como de tamaño y tipo de empresa. Finalmente, también es importante que las pequeñas empresas mejoren por sí mismas su credibilidad crediticia mediante una contabilidad transparente, planes de negocios y otras medidas.