Con el fomento de las microfinanzas, la COSUDE persigue ofrecer unos servicios financieros generalizados y costeables, orientados a las necesidades específicas de los grupos de población pobres y de las microempresas.
El foco de la COSUDE
La COSUDE se esfuerza por lograr que el sector financiero tenga en cuenta también las necesidades de los hogares pobres, las mujeres, los pequeños campesinos y las microempresas. Esta parte del sector financiero se conoce también como sector de las microfinanzas, dado que se dirige especialmente a los grupos de población de bajos ingresos y a las microempresas. La COSUDE considera el desarrollo de las correspondientes ofertas de servicios como un desafío empresarial y persigue la creación de ofertas costeables y sostenibles a largo plazo, orientadas al cliente y capaces de reaccionar de forma flexible a los cambios de las condiciones del mercado.
Lo prioritario son los siguientes aspectos:
- La COSUDE promueve un amplio abanico de instituciones financieras, que ofrecen servicios adaptados para grupos de clientes pobres. Según el contexto, estas pueden ser instituciones financieras formales, como bancos que ofrecen directa o indirectamente productos microfinancieros en colaboración con organizaciones de autoayuda, instituciones especializadas como cooperativas, organizaciones no gubernamentales, cajas de ahorros rurales, bancos postales o instituciones financieras informales como, p. ej., grupos de ahorro y crédito u otras organizaciones civiles, etc.
- La COSUDE promueve la formación financiera general (financial education) de sus grupos destinatarios. Esto les permite conocer productos financieros tales como una cuenta de ahorro o un microseguro, y adquirir conocimientos básicos sobre cómo manejar bien el dinero, generalmente escaso.
Trasfondo
Los grupos de población pobres son ahorradores diligentes de pequeñas sumas si tienen la posibilidad de hacerlo. Así, en los países pobres, los ingresos ahorrados son a menudo muy superiores al crédito concedido. También los créditos son reembolsados casi siempre de forma fiable. Por ello, resulta tanto más sorprendente el hecho de que prácticamente en todos los países en transición y en desarrollo la inmensa mayoría de la población siga sin tener acceso a unos servicios financieros adecuados.
Mediante el desarrollo de estructuras microfinancieras (p. ej., instituciones microfinancieras especializadas, alianzas entre bancos y organizaciones no gubernamentales o de autoayuda, bancos comerciales con estructuras de ofertas específicas para clientes pobres), pueden integrarse también los grupos de población pobres en el ciclo económico. La microfinanza, como componente fijo del sector financiero, está orientada hacia aquellos actores económicos que no tienen acceso regular a servicios financieros adecuados por parte de las instituciones financieras clásicas. El objetivo consiste en poner a su disposición un amplio abanico diferenciado de productos y prestaciones para sumas pequeñas y mínimas, entre los que se cuentan créditos, servicios de ahorro, seguros y servicio de pagos por transacción.
Precisamente para los hogares con ingresos bajos e irregulares, y especialmente para las mujeres, la posibilidad de un ahorro seguro tiene gran importancia dado que les permite hacer frente a situaciones de emergencia o disponer del dinero necesario para la educación de los hijos así como para poder realizar otras inversiones a largo plazo. Los créditos, además de permitir ahorrar, facilitan la participación en la vida económica, con lo que pueden aprovecharse las oportunidades comerciales y ampliarse las actividades comerciales existentes. El acceso a los servicios financieros puede, así, allanar el camino a una vida autodeterminada con independencia económica, sobre todo, a las mujeres pobres, que constituyen a nivel mundial la mitad de todos los clientes de microfinanzas.
Desafíos actuales
El acceso generalizado de los grupos de población pobres a servicios financieros seguros sigue siendo uno de los desafíos principales en el campo de las microfinanzas. Además de la creación de conocimiento en gestión y en finanzas, tanto en los clientes como en los ofertantes, son prioritarias la creación y la ampliación de canales de comercialización y de unas condiciones marco ventajosas. Asimismo, se requiere aumentar la eficiencia y reducir los precios a fin de ofrecer unos servicios costeables y, por tanto, sostenibles.
El desarrollo de nuevos productos que tengan en cuenta las múltiples necesidades de los grupos de población pobres constituye un nuevo desafío. Ofertas de ahorro diversas y seguras, créditos con plazos largos, seguros o capital de riesgo son solo algunas de los opciones posibles en este contexto.