En Suiza se distinguen cuatro épocas del año. Sin embargo, el país alpino posee muchos microclimas debido a su topografía y sus grandes diferencias de altitud. Según el lugar y el período del año, es posible vivir condiciones similares a las que rigen tanto en Siberia como en el Mediterráneo.
Clima
Gracias a su situación céntrica en el corazón de Europa, Suiza se encuentra en la encrucijada de grandes zonas climáticas distintas. La proximidad del Atlántico —cuyas masas de aire húmedo se dirigen hacia los Alpes— influye significativamente en el clima suizo. Estos vientos de poniente tienen el efecto de templar el clima tanto en invierno como en verano, además de traer precipitaciones a lo largo de todo el año.
Los Alpes como barrera climática
La cordillera alpina actúa como una gran barrera climática entre el norte y el sur de Suiza. Reúne también una serie de microclimas complejos, en particular los valles grisones y valesanos, que destacan, entre otras particularidades, por su sequedad. Otra particularidad del clima suizo es el foehn. De otoña a primavera, este viento perpendicular al eje longitudinal de los Alpes produce condiciones marcadamente secas y templadas.
Fuertes variaciones de temperatura debido a la topografía
Las temperaturas varían considerablemente en función de la altitud. En la Planicie central, la temperatura media se sitúa en torno a 1°C en enero y a 17°C en julio. En el Tesino, los valores térmicos superan generalmente por dos o tres grados centígrados el promedio de la Planicie. A 1.500 metros de altitud, las temperaturas medias ascienden a –5°C en enero y a 11°C en julio. A esta altitud, las precipitaciones suelen caer en forma de nieve en invierno. En cambio, son raras las nevadas hasta las cotas más bajas en la Suiza francófona (región de Ginebra), las regiones septentrionales del país (región de Basilea) y en el extremo sur del Tesino.
El calentamiento climático ya se nota en los Alpes
Suiza es un país particularmente afectado por el calentamiento climático, y sus efectos ya son perceptibles: deshielo de los glaciares, recrudecimiento de los períodos de sequía y canícula y desestabilización del permafrost. Así, la temperatura media anual ha aumentado dos grados centígrados entre 1864 y 2019, siendo las últimas décadas el período en el que el aumento ha sido más acusado. Los modelos apuntan que los veranos van a ser más secos y que los regímenes de caudales van a sufrir cambios mayores. Suiza debe prepararse para variaciones progresivas de las condiciones meteorológicas extremas, como por ejemplo un incremento de las olas de calor y de los episodios con fuertes precipitaciones, así como una disminución de los períodos de frío.
Reducción de los gases de efecto invernadero
Entre 1990 y 2018, las emisiones de gases de efecto invernadero han disminuido un 14% en Suiza. Entre 1990 y 2018, un 32% de todas las emisiones en Suiza fueron causadas por el transporte de pasajeros y de mercancías (sin contar el transporte aéreo y marítimo internacional), el 24% por los edificios, otro tanto por la industria y un 19% por la agricultura, el tratamiento de residuos y la emisión de gases sintéticos. Suiza contribuye al objetivo internacional que consiste en limitar el calentamiento climático. La Ley federal sobre el CO2 prevé para 2020 una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en Suiza de al menos un 20% en comparación con los niveles registrados en 1990.