Objetivos de ONUSIDA
ONUSIDA apuesta por el acceso universal a la prevención, al tratamiento, a cuidados y asistencia en relación con el VIH/sida. Se trata de impedir el avance de la enfermedad y revertir las actuales tendencias a la propagación del VIH, teniendo en cuenta los objetivos específicos de cada país.
Bajo el lema «El fin de la epidemia», ONUSIDA definió en su estrategia para 2016-2021 diferentes objetivos secundarios en tres orientaciones estratégicas:
- Prevención global
- Mejora de la asistencia médica
- Reducción de la estigmatización y la discriminación relacionadas con el VIH/sida, y promoción de los derechos humanos y la igualdad de género
Solo cuando estas medidas se adopten de forma coherente y se refuercen con firmeza, podrán impedirse nuevos contagios de VIH, prodigar cuidados de buena calidad a los enfermos de sida y reducir la mortalidad por sida. De otro modo, subsistirá el riesgo de una nueva propagación de la epidemia.
En 2017, ONUSIDA llevó a efecto una reforma que toma en consideración los esfuerzos de reforma del sistema de la ONU para el desarrollo y adoptó las siguientes medidas en tres áreas:
- Asignar personal y recursos financieros de manera aún más efectiva a cada una de las áreas donde existen necesidades específicas tanto globales como, sobre todo, locales.
- Asignar prioridad a las medidas a escala nacional, en vez de a las medidas globales, para reforzar la cooperación dentro del programa ONUSIDA y con otros actores.
- Garantizar una rendición de cuentas a la población aún más transparente, a fin de que las actividades y resultados alcanzados sean más comprensibles.
En los últimos años se han logrado avances importantes en la lucha contra el VIH/sida, si bien subsisten aún grandes disparidades regionales. El África subsahariana sigue siendo la región más afectada por el VIH/sida. Entre el máximo histórico de propagación en 1996 y el año 2017 se ha podido disminuir en un 47% el número de nuevos contagios de sida en todo el mundo, habiéndose registrado la mayor reducción en la infancia. En 2017 más de la mitad de las personas seropositivas pudieron realizar terapias.
Sin embargo, los desafíos no son menores. En 2017 vivían 37 millones de personas con el virus del sida en todo el mundo. El número de nuevos contagios cayó muy lentamente en los últimos años. En 2017 solamente 1,8 millones de personas se contagiaron de sida. Muchas de las personas seropositivas sin acceso a terapia ni siquiera saben que han contraído la enfermedad. A esto se suma la estigmatización y la discriminación vinculadas con el VIH/sida y las crecientes desigualdades en materia de acceso a información y a prestaciones.