La producción de cemento es responsable de entre un 5 y un 8 por ciento aproximadamente de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la actividad humana. Debido a las inmensas necesidades en materia de infraestructuras –especialmente en los países emergentes como la India, China o Brasil–, para 2050 la demanda de cemento se habrá duplicado. Ello conllevará un enorme aumento de las emisiones de dióxido de carbono.
El Programa Global Cambio Climático de la COSUDE apoya, entre otras iniciativas, el desarrollo de un nuevo tipo de cemento, el LC3 (a base de arcilla calcinada y piedra caliza, véase el recuadro), que permite reducir hasta un 30% las emisiones de CO2 en comparación con el cemento tradicional (cemento Portland ordinario). Mediante este proyecto se aspira a mitigar los efectos negativos del cambio climático.
El LC3 ha sido desarrollado en el marco de un proyecto de cooperación en materia de investigación entre la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y la Universidad de las Villas en Cuba, financiado por la COSUDE. Desde 2012, científicos de los Institutos Indios de Tecnología (IIT) de Delhi, Bombay y Madrás, así como colaboradores de la ONG Development Alternatives, también participan en las investigaciones a nivel científico y práctico. La dirección del proyecto está a cargo de la EPFL.