Lo que la escuela pública suiza puede aportar en la cooperación al desarrollo

Sin una formación escolar sólida no puede haber desarrollo. En Suiza, la escuela pública desempeña una función importante a nivel nacional y puede ser una gran fuente de inspiración para la cooperación al desarrollo, pero hasta ahora ha sido poco aprovechada. Esto es algo que debe cambiar. Suiza aporta un valor añadido a los países en desarrollo y puede marcar pautas, según dice Sabine Handschin, experta en educación de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), en la entrevista que figura a continuación.

Niñas refugiadas sirias sentadas en un aula en el Líbano y con las manos extendidas.

La vida cotidiana en una escuela para refugiados sirios en el Líbano. © Keystone

A pesar de la guerra en Ucrania, la cooperación internacional de Suiza (CI) se esfuerza por que los niños que permanecen en el país sigan teniendo acceso a la educación. A tal efecto, se proseguirá el programa de aprendizaje escolar en línea lanzado durante la COVID con el objetivo de permitir que los niños puedan aprender a distancia y evitar el abandono escolar.

Este ejemplo actual muestra que la educación básica constituye un pilar central de la cooperación internacional de Suiza. El 26 de abril de 2022, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) organizó junto con Movetia, el organismo nacional para la promoción de los intercambios y la movilidad en el sistema educativo, una conferencia de expertos sobre “El papel estratégico del sistema educativo suizo para la cooperación internacional”. El objetivo del evento fue dar mayor visibilidad al valor añadido que las competencias específicas suizas en materia de enseñanza pueden aportar a la cooperación al desarrollo, y promover un intercambio sobre cómo se puede potenciar la utilización de las experiencias del sistema escolar suizo, de manera estratégica, en la CI.

En la siguiente entrevista, la experta en educación Sabine Handschin explica cómo la COSUDE lo pone en práctica.

Retrato de Sabina Handschin.
Sabina Handschin, experta en educación de la COSUDE. © COSUDE

¿Qué significa aplicar los conocimientos especializados de Suiza en materia de enseñanza en otro país? ¿Exporta Suiza su sistema educativo a otro contexto?

No estamos hablando de exportar, sino de inspirar. Objetivamente, el sistema educativo suizo figura entre los mejores del mundo. Y nuestro sistema de enseñanza pública tiene, en el contexto internacional, muchas ventajas que pueden ser una fuente de inspiración para los Ministerios de Educación y otras partes implicadas en el ámbito de la enseñanza de los países contraparte de la COSUDE. 

Un ejemplo: estuve en el Líbano y me reuní con representantes del Ministerio de Educación. El sistema educativo público libanés está hasta los topes, especialmente a raíz de los grandes flujos de refugiados venidos de Siria. En la reunión, me preguntaron qué receta tenía Suiza para sus escuelas integradoras de alta calidad. En Jordania, a su vez, se interesaron en saber cómo las escuelas suizas gestionan el plurilingüismo o cómo se aborda la cuestión de la descentralización del sistema escolar; un esfuerzo que ahora el Ministerio de Educación jordano también quiere acometer y que la COSUDE va a apoyar. En el extranjero existe, pues, una demanda de nuestros conocimientos en materia de enseñanza pública. Se plantean la siguiente pregunta: ¿Cómo lo hacen los suizos y qué lecciones podemos extraer para nosotros? La COSUDE tiene, en tal caso, una función de facilitación: se trata de establecer contactos entre los responsables de Educación de aquí y de allí.

Precisamente porque el sistema escolar suizo se gestiona de manera descentralizada y se adapta de forma diferente en función del cantón y el municipio, posee, gracias a su diversidad, un rico bagaje de posibles soluciones que en el ámbito de la cooperación al desarrollo pueden servir, en cierto sentido, de abanico de modelos para abordar distintos retos contextuales. Se puede elegir lo que se quiera: ya sea en lo que se refiere al afianzamiento de la escuela a nivel local y la inclusión de los padres, la función de integración de los niños refugiados, como sucede aquí actualmente con los refugiados ucranianos que pocos días después de su llegada ya van a la escuela pública, o la escuela bilingüe, como se practica en Bienne. 

¿Qué es lo que quiere lograr la COSUDE?

Una mejor cooperación al desarrollo y un mejor impacto, utilizando el potencial desaprovechado que Suiza puede ofrecer. ¿Por qué, por ejemplo, un centro de formación de docentes en Mali solo puede ser apoyado por las ONG y no se puede establecer un contacto entre las autoridades educativas malienses y una escuela superior de pedagogía en Suiza para que pueda tener lugar un intercambio de conocimientos entre expertos de ambos lugares que sea provechoso para los dos y aporte tanto a Mali como a la entidad suiza nuevas perspectivas? El cambio ocurre cuando se reconsideran las prácticas establecidas y se reciben nuevas aportaciones, no cuando se recicla lo existente. 

Una niña de una escuela nómada de Malí se encuentra ante una pizarra.
Una niña en una escuela nómada de Malí. © Keystone

Esta tarea responde a la tendencia de la estrategia actual de la CI de generar un valor añadido suizo, pero podemos afirmar que nosotros, al margen de esta estrategia, ya habíamos identificado este potencial en 2017 y que entonces se nos habían encargado diversos estudios sobre el valor añadido que el sistema escolar suizo podría aportar a la cooperación internacional. Estos estudios confirmaron nuestras suposiciones. Ahora estamos en la fase de aplicar las conclusiones de estas investigaciones.

¿Hay ya ejemplos concretos en los que la CI ha establecido una conexión con el sistema escolar suizo?

La COSUDE está, por ejemplo, desarrollando un gran programa de educación escolar en Jordania que, a nivel local, cuenta con la participación de muchos actores de la cooperación al desarrollo: ONG, otros países donantes y organizaciones internacionales. Nos hemos planteado la pregunta de cuál podría ser la especialización y el valor añadido que Suiza podría aportar a Jordania. Hemos visto que recientemente el Ministerio de Educación jordano ha introducido en su política la descentralización del sistema de enseñanza. Precisamente en esta cuestión, Suiza, gracias a su propia experiencia de una organización descentralizada del sistema escolar, puede marcar una pauta. Contrariamente a otros donantes o al Banco Mundial y la UE, sabemos exactamente a qué se hace referencia cuando se habla de descentralización de la enseñanza y cómo se lleva a la práctica, y ello hasta en el interior de las aulas. 

Clase escolar en Malí frente a una pared pintada con colores vivos.
La COSUDE está muy comprometida con la enseñanza en la lengua regional, por ejemplo en Malí. © Keystone

Otro ejemplo es el de África occidental. Allí, desde el primer día de clase, en muchos lugares, la enseñanza se imparte en francés, que no es la lengua materna de los niños. Esto significa que los alumnos no pueden seguir las clases y, por consiguiente, los padres no consideran pertinente la enseñanza, lo cual conlleva que muchos abandonen la escuela o que, a pesar de muchos años sentados en sus pupitres, no aprendan nada. Diversos estudios muestran que los niños que durante los primeros años de escuela no entienden la lengua en que se imparten las clases se enfrentan a consecuencias a largo plazo tales como resultados de aprendizaje deficientes y lagunas de base. La COSUDE aboga activamente a favor de que la enseñanza tenga lugar en el idioma regional. En Mali, Benín o el Chad, por ejemplo, la COSUDE lleva a cabo diversos proyectos en los que las clases se imparten primero en la lengua materna de los niños y luego se va introduciendo gradualmente el francés.

¿A qué desafíos se enfrenta la cooperación al desarrollo suiza en el ámbito de la educación?

Ya antes de la pandemia, más de 250 millones de niños no tenían acceso a la escolarización. Según diversas estimaciones, esta cifra ha aumentado en 20 millones debido al cierre de las escuelas por la COVID. Esto afecta especialmente a las niñas, las cuales han sido sacadas de la escuela y se han convertido en víctimas de matrimonios forzosos o de la prostitución.

Al mismo tiempo, los presupuestos educativos estatales, ya de por sí bajos antes de la COVID 19, han sufrido mayores recortes. Por otra parte, en la cooperación al desarrollo, la pandemia ha hecho que los países donantes redujeran su apoyo a la educación para favorecer otros sectores. En general, las inversiones en el sector de la educación básica están disminuyendo en todo el mundo. No obstante, en paralelo, se está aumentando la inversión en la educación postobligatoria como la formación profesional y la enseñanza superior. Habida cuenta de las tendencias demográficas, según las cuales se prevé, por ejemplo, que en el África subsahariana en 2030 el 50% de la población tenga menos de 15 años de edad, y de que los sistemas escolares ya son de por sí muy débiles, es posible que varias generaciones de niños y jóvenes sufran graves carencias educativas. Ya que la escolarización, una vez perdida, es muy difícil recuperarla.

La falta de instrucción, según se ha demostrado, tiene consecuencias individuales, sociales y económicas. 

La educación tiene una importancia estratégica para la política exterior suiza

Para garantizar la eficacia de su política exterior, Suiza adopta un enfoque coherente y estratégico. Basándose en las prioridades de su estrategia de política exterior 2020-2023, Suiza, mediante su estrategia de cooperación internacional 2021-2024, obra en favor de un acceso igualitario a la educación. La protección y la salvaguarda de una asistencia primaria, en particular el derecho a la educación, especialmente perjudicada por las crisis, los conflictos armados, la huida y la migración irregular, constituyen un eje central de la estrategia. Porque la educación es una inversión que merece la pena tanto para la prosperidad individual como para la reconstrucción de los países afectados por crisis.

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