La estrategia de cooperación internacional 2025-2028 se adapta a la evolución del contexto internacional

El contexto internacional está marcado por numerosas y diversas crisis. La crisis sanitaria, la guerra en Ucrania, la escalada de la violencia en Oriente Próximo, la crisis energética, la inseguridad alimentaria y el cambio climático tienen consecuencias directas sobre la población mundial, y también sobre Suiza. Concretamente, el mundo cambia rápidamente. Está en permanente mutación, y no deja de ser volátil, de estar fragmentado y de ser imprevisible. En ese contexto todos los actores, estatales y no estatales, deben demostrar cada vez más agilidad. Ser flexible al tiempo que mantiene sus compromisos es ahora el objetivo principal de Suiza. Esa es la idea que se desprende de la nueva estrategia de cooperación internacional para el periodo 2025-2028.

La cooperación internacional es uno de los instrumentos que permiten a Suiza, junto a sus contrapartes, contribuir a hacer frente a los desafíos mundiales. En efecto, a través de la cooperación internacional, Suiza aborda los desafíos económicos y estructurales, el cambio climático, las pandemias, la migración irregular y la prevención de conflictos. Promueve los valores que constituyen los cimientos de Suiza. Entre ellos, el Estado de derecho y la democracia, la economía de mercado, los derechos humanos, el diálogo, la solidaridad, los principios humanitarios y el derecho internacional humanitario. En un mundo inestable, la cooperación internacional refuerza la participación y la influencia de Suiza en el ámbito internacional.

La necesidad de flexibilidad que se impone a Suiza en su compromiso y acción internacionales es uno de los aprendizajes extraídos de la anterior estrategia de cooperación internacional (2021-2024) que concluirá a finales de año. Es más, los resultados de la cooperación internacional de estos últimos años han demostrado la pertinencia de las orientaciones establecidas en la anterior estrategia; a saber, los objetivos de desarrollo y la focalización geográfica. La nueva estrategia 2025-28 se basa por tanto en esas conclusiones.

Por ello, los cuatro objetivos de la estrategia de cooperación internacional 2021-2024 han sido renovados en la nueva estrategia. Estos han permitido la flexibilidad necesaria para responder a los múltiples desafíos y, a la vez, contribuir eficazmente al mandato establecido. También se repiten las cuatro regiones prioritarias de la estrategia anterior (África subsahariana, Asia, Europa del Este y Oriente Medio y África del Norte). De este modo, la cooperación internacional apuesta por la continuidad para consolidar los resultados obtenidos.

África subsahariana: En Chad, la cooperación internacional contribuye a mejorar las capacidades de las instituciones del Estado

Chad es un país prioritario de la cooperación bilateral al desarrollo de Suiza. Hace varios años que el país africano figura entre los últimos puestos de la clasificación del índice de desarrollo humano. Sus instituciones públicas, como la administración y los sistemas educativo y sanitario, están poco desarrolladas. Los desafíos mundiales y regionales que plantean los grupos armados extremistas, la afluencia de refugiados —procedentes principalmente de Sudán, debido al conflicto en Darfur desde 2003—, o los crecientes efectos del cambio climático constituyen obstáculos adicionales al desarrollo del país.

El diálogo político, el fortalecimiento de las instituciones y las lecciones aprendidas a través de las experiencias en el terreno permiten a Suiza contribuir a mejorar la eficacia de los sistemas de organización y de prestación de servicios sociales, tanto estatales como no estatales, que se ven afectados por los desafíos demográficos.

En el sector educativo, es necesario mejorar la calidad de la educación básica que reciben niñas y niños. Con su programa, Suiza apoya la formación del personal docente, fomenta la innovación en los métodos pedagógicos y facilita el acceso a la educación básica a grupos vulnerables gracias a la utilización de dispositivos de aprendizaje y enseñanza adaptados. A través de su apoyo, Suiza alienta la rendición de cuentas de los servicios de salud pública a todo nivel y contribuye a la mejora de los conocimientos sobre los recursos hídricos y, con ello, de su planificación y utilización. 

La desintegración de Yugoslavia en los años noventa supuso un duro golpe para la economía y las infraestructuras serbias. Desde entonces, el país ya ha logrado importantes avances. Las negociaciones para entrar en la UE comenzaron en 2014. Se han acordado numerosas y prometedoras reformas en la administración pública y la economía, y la tasa de desempleo está bajando. No obstante, aún quedan importantes obstáculos que superar para garantizar el bienestar de todos. Concretamente, en lo que respecta al Estado de derecho, la participación democrática de la sociedad civil, la libertad de prensa, los desafíos derivados del cambio climático y el acceso al mercado laboral.

Suiza se esfuerza en promover un crecimiento económico sostenible en Serbia. Por un lado, sus actividades buscan mejorar las condiciones marco de las empresas serbias para facilitar su acceso a los mercados extranjeros y a las oportunidades de financiación. Por otro lado, se aplican medidas para promover la innovación y el emprendimiento a fin de impulsar la competitividad. Suiza fomenta el establecimiento de una administración de las finanzas públicas operativa, eficiente y eficaz, dotada de mecanismos transparentes de rendición de cuentas. Para reducir la alta tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes, y satisfacer la gran necesidad del sector privado de una mano de obra cualificada y productiva, otorga especial importancia al desarrollo de una oferta de formación profesional orientada al mercado, y dirigida, sobre todo, a adolescentes y grupos desfavorecidos.

Suiza apoya la transición en estrecha coordinación con las autoridades locales, otros países donantes y organizaciones internacionales como la UE, la ONU y las instituciones financieras internacionales. Todos los programas de la COSUDE y de la Secretaría de Estado para Asuntos Económicos (SECO) incorporan los principios de buena gobernanza e igualdad de género.

A pesar del importante crecimiento económico registrado desde principios de la década de 2000, que ha permitido a los países del Mekong avanzar en la reducción de la pobreza, las desigualdades siguen creciendo, en detrimento, sobre todo, de la población rural. La pandemia de la COVID-19 provocó una gran crisis económica. Los grupos más vulnerables, como las mujeres, las minorías étnicas y los habitantes de regiones remotas, son los principales perjudicados por el modelo económico basado en una explotación insostenible de los recursos naturales.

Suiza se esfuerza en aumentar la resiliencia de las poblaciones frente al cambio climático y los desastres, mediante un acceso más seguro y equitativo a los recursos naturales —tierra, bosques y agua— y su gestión sostenible. En Laos, por ejemplo, el colapso de una presa en 2018 causó la mayor inundación antropogénica de la historia del país y afectó a miles de familias pobres. Suiza comparte sus conocimientos en materia de seguridad de presas para adecuar los marcos reglamentarios e institucionales nacionales a las normas internacionales, con el fin de proteger a las comunidades aguas abajo y contribuir tanto a una producción segura de energía como a la sostenibilidad de las infraestructuras.

Los conflictos armados del pasado y del presente han generado una considerable demanda humanitaria en Oriente Medio. Suiza apoya iniciativas destinadas a prestar asistencia y servicios a las poblaciones afectadas por la violencia y necesitadas de protección. Participa activamente en la promoción de la paz y la prevención de conflictos violentos. También se esfuerza por garantizar una gestión sostenible del agua, una educación de calidad y la creación de ingresos para refugiados, desplazados internos, migrantes vulnerables y comunidades de acogida en Irak, Jordania, Líbano, Siria y Turquía.

El principal objetivo de Suiza en Oriente Medio es crear un entorno seguro para las poblaciones afectadas por el conflicto y demás personas vulnerables, salvando vidas y dotando a las comunidades de autonomía, reduciendo la fragilidad y creando oportunidades para el desarrollo. En el plano político, Suiza se esfuerza en promover la buena gobernanza y el respeto de los derechos humanos internacionales, los derechos de los refugiados y el derecho internacional humanitario. Proporciona asimismo apoyo para la prevención y la transformación de conflictos.

La constancia de la orientación estratégica es crucial en un mundo volátil. Es la brújula del compromiso de Suiza en materia de cooperación internacional. Si bien la guerra en Ucrania y sus consecuencias son motivo de especial preocupación (véase más adelante), la tradición humanitaria de Suiza y sus intereses exigen el mantenimiento de su compromiso con la cooperación internacional en el resto del mundo. De este modo, la orientación de la estrategia de cooperación internacional 2025-28 se sustenta en tres criterios de análisis.

La incertidumbre ante la posible evolución del conflicto en Ucrania y sus consecuencias económicas y sociales exigen formas flexibles de abordar el problema. Ucrania es un país prioritario de la cooperación internacional suiza desde 1999, y su compromiso allí está basado en alianzas y actividades de larga data. Suiza concede una importancia estratégica a la ayuda y la reconstrucción del país.

A través de la cooperación internacional y de otros instrumentos, contribuye solidariamente a la reconstrucción de Ucrania y se esfuerza por lograr una paz justa y duradera. Suiza canaliza su respuesta a través de dos ejes:

1) ayuda humanitaria, cooperación al desarrollo y promoción de la paz, la democracia y los derechos humanos, y 2) reconstrucción. Ambos ejes difieren no solo en su dimensión temporal, sino también en su lógica política y financiera. Para ello se han asignado 1500 millones de francos.