Puentes para el desarrollo

La cooperación suiza al desarrollo participa en la construcción de puentes colgantes peatonales en Nepal desde 1960. Una tecnología estandarizada, la enseñanza de técnicas de ingeniería y planificación, y un sistema de responsabilidades a todos los niveles de gobierno han permitido la producción en masa de infraestructuras que facilitan mucho la vida cotidiana de la población en general.

Mujeres montan los elementos del suelo del puente de Ghurswaghat, en Kanchanpur.

Mujeres montan los elementos del suelo del puente de Ghurswaghat, en Kanchanpur. Las mujeres deben estar siempre adecuadamente representadas en los comités de usuarios. © COSUDE/TBSU

Diez mil puentes, instituciones responsables de la planificación, la construcción y el mantenimiento a nivel nacional, regional y local, conocimientos especializados impartidos en las escuelas de ingeniería: los resultados del programa de desarrollo de Nepal, apoyado por Suiza desde hace décadas, son impresionantes. Una de las principales razones del éxito – aparte de la continuidad del compromiso – radica simplemente en que se ha ofrecido una solución factible a un problema clave: en este país de colinas y montañas, económicamente pobre y atravesado por innumerables ríos, los puentes colgantes peatonales constituyen un medio barato y adaptado a las circunstancias que permite cruzar los valles, especialmente en la época de crecidas. Además de los puentes tradicionales de madera o cuerda natural, que suelen ser arrastrados por el agua en la temporada de los monzones, y de algún puente de cadenas, a principios del siglo XX ya existían puentes de cuerda de acero que el Gobierno nepalí había adquirido de una empresa escocesa. Sin embargo, el número de puentes «modernos» era reducido; solo se habían construido en lugares estratégicos.

Del prototipo a la institucionalización

A finales de la década de 1950, el geólogo suizo Toni Hagen llamó la atención sobre la gran necesidad de contar con pasos fluviales seguros e identificó las prioridades.

«El deseo imperioso de toda la población es tener puentes colgantes. El Gobierno haría bien en dar prioridad a este programa. Realmente, no hay ningún otro proyecto de desarrollo que afecte directamente a tanta gente con tan poco dinero y en tan poco tiempo. La construcción de puentes colgantes sencillos para los animales de carga y la mejora de los senderos son problemas centrales para la supervivencia de Nepal.
Toni Hagen (1917-2003) Observaciones sobre ciertos aspectos de los problemas de desarrollo económico y social en Nepal. ONU, Nueva York 1959. Citado en Richard Gerster, “Construcción de puentes colgantes en Nepal”, 1980, p.1.

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional proporcionó recursos financieros para un programa de construcción. Helvetas dio entonces un paso concreto al contratar al ingeniero Hans Aschmann como director de construcción de un proyecto pionero. Las obras fueron realizadas por nepalíes en 1960/61 en circunstancias difíciles, con piezas de acero que ya se fabricaron en el país.

En 1964, el Gobierno creó la División de Puentes Colgantes, introduciendo así un enfoque sistemático en la construcción de puentes. A partir de 1972, el predecesor de la actual COSUDE, el Servicio para la Cooperación Técnica, que ya participaba en varios proyectos, apoyó a esta unidad administrativa nepalí con un proyecto que transformó la construcción de puentes colgantes, hasta entonces más bien descoordinada, en una medida de desarrollo institucionalizada y a más largo plazo. A la asistencia técnica se sumó pronto la ayuda financiera para la adquisición de materiales, confiándose a Helvetas la ejecución. Mediante este partenariado que finalmente duró más de cinco décadas, además del trabajo visible había que llevar a cabo otra labor en diversos ámbitos: desarrollar los conocimientos necesarios en la administración nacional, así como en el sector privado y en las ONG, normalizar la construcción para poder reducir considerablemente los costos, elaborar manuales y establecer procedimientos y criterios de ubicación, esto también para evitar «puentes políticos», es decir, proyectos seleccionados de forma inadecuada.

Central, local, federal

El enfoque centralizado, en el que inicialmente el Estado también actuaba como contratista, era inapropiado para “producir” puentes en grandes cantidades, especialmente lejos de las principales rutas comerciales. Después de que desde una fase temprana también se apoyaran iniciativas de las comunidades locales, hacia 1990 se inició un programa adicional que permitía a estas comunidades construir los puentes por sí mismas, mediante el llamado “enfoque comunitario”. En cada caso, se formó un comité de usuarios y la población tuvo que hacer una contribución considerable trabajando bajo orientación profesional. Las mujeres y los grupos étnicos desfavorecidos tenían que estar adecuadamente representados en los comités de usuarios. El proceso participativo también convirtió cada proyecto de puente en un “ejercicio de democracia”.

Gente sentada en círculo en una colina.
Auditoría pública: los puentes se planifican y construyen mediante un proceso participativo. © COSUDE

En la década de 1990, el número de puentes nuevos aumentó rápidamente a más de doscientos por año. En una fase posterior, se vincularon el enfoque local y central, se aclararon las responsabilidades y se sustituyó el trabajo comunitario por trabajo remunerado. Tras el conflicto armado (1996-2006), Nepal introdujo una nueva Constitución que instituyó un sistema federal. Por tanto, fue necesario redefinir las funciones de los tres niveles de gobierno (federal, provincial y municipal) como marco sistémico, dotar a las nuevas autoridades provinciales y municipales con las capacidades necesarias y garantizar que la construcción de puentes estuviera en consonancia con la nueva Constitución.

Múltiples beneficios en la vida cotidiana

Cada día, más de un millón de personas utilizan los puentes peatonales, los cuales mejoran las condiciones de vida de varias maneras. Las rutas se hacen más seguras y cortas, los agricultores tienen un acceso más fácil a los campos, la leña o el forraje, más niños van a la escuela, los enfermos acuden más a menudo a los centros médicos, los mercados son más accesibles y los nuevos comercios, así como el empleo externo, aumentan los ingresos. La ampliación de la red de carreteras, en la que también ha participado y sigue participando la cooperación al desarrollo, no resta importancia a los puentes peatonales, también como enlaces de conexión. El Gobierno nepalí ha aumentado considerablemente su participación financiera, y Suiza sigue prestando apoyo técnico. El hecho de que Suiza cierre el proyecto a finales de 2023 y se retire del sector de los populares puentes tras haber cumplido su función hace que dos expertos se quiten el sombrero.

Adiós a un rasgo identitario

¡Nos quitamos el sombrero!

«Después de todos estos años, Nepal dispone de las capacidades y los recursos necesarios para construir por sí mismo los 2400 puentes peatonales restantes que completarán la red de puentes prevista, así como para mantener y, si es necesario, sustituir las pasarelas existentes más antiguas. [...] Y lo que es más importante, Nepal cuenta ahora con expertos locales.

El apoyo a la construcción de puentes peatonales es una característica definitoria de la cooperación suiza al desarrollo en Nepal. En las entrevistas para esta evaluación, muchos interlocutores clave expresaron en primer lugar su gratitud y reconocimiento por el apoyo de Suiza a la construcción de los puentes peatonales, tan importantes para Nepal. Renunciar a este compromiso especial no es fácil. Por ello, la decisión de la COSUDE de retirarse del sector no solo es oportuna, sino también valiente. ¡Nos quitamos el sombrero!»

Geert Engelsman, Mary Hobley: Evaluación de la estrategia de cooperación, Nepal 2018-22, Berna: COSUDE, 2022, p. vii (documento en inglés).

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